Samuel Arias Morales, empleado desde hace tres años de la empresa GALMEZ, fue sacado de la factoría el pasado jueves como si se tratara de un peligroso delincuente, luego que el apoderado le pidiera firmar un papel, del cual el empleado le dijo que primero lo leería para luego firmarlo y ante esta respuesta Horacio Esquivel, apoderado, le hizo una señal a los policías que con anticipación ya había “contratado” y que solo esperaban agazapados el llamado del representante de la fabrica.
Por estos hechos, el agraviado quien estuvo preso tres días sin haber pruebas, ni denuncia en su contra, pidió a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos abrir una investigación contra el director de la policía municipal Roberto Chan Guillermo, quien habría facilitado a los elementos policiacos para la arbitraria detención.
En simultáneo solicitó la intervención de la Procuraduría de la Defensa del Trabajo, ya que Arias Morales sospecha que el apoderado quiere imputarle falsas acusaciones para evitar pagarle una liquidación justa ya que desde hace varios meses ha sido objeto de hostigamiento laboral para que abandone su empleo sin derecho a pagos de finiquito.
El afectado dijo que ha sido un empleado honesto y que su patrón, Luis René López Hernández, no tiene antecedentes en su contra, pero que otros subordinados, en varias ocasiones han puesto obstáculos para obligarlo a que renuncie al empleo, sin embargo, no ha caído en sus provocaciones, sino que él se dedica a cumplir con la encomienda de la empresa.
Dijo que el apoderado lo culpa de un presunto fraude y de faltantes de materia prima para la elaboración de productos, cuando él no es cajero, ni bodeguero y tampoco tiene más injerencias, que el de pesar las cargas que ingresan a la factoría y que a eso se ha dedicado durante casi tres años que lleva de contratado
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